En España, la Marcha Nórdica llegó a finales de los años 90, impulsada por instructores que habían conocido la disciplina en Finlandia y otros países del norte de Europa. Con el paso del tiempo, se han ido creando federaciones y asociaciones, y en 2016 la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) reconoció oficialmente la Marcha Nórdica como modalidad deportiva. Hoy en día, existen competiciones oficiales, programas de salud en centros de atención primaria y actividades de ocio y turismo activo que incluyen la marcha nórdica como parte de su oferta.
La marcha nórdica es una actividad integral que proporciona beneficios en múltiples dimensiones:
-Físicos: Mejora la capacidad cardiovascular, aumenta la resistencia aeróbica, fortalece la musculatura de brazos, piernas y tronco, reduce la presión arterial y ayuda en el control del peso.
-Psicológicos: Mejora el estado de ánimo, disminuye la ansiedad y la depresión, y promueve la liberación de endorfinas que generan sensación de bienestar.
-Sociales: fomenta la interacción, la cooperación y la creación de vínculos entre los participantes.
-Funcionales: mejora la postura, la coordinación y el equilibrio, previniendo caídas y favoreciendo la autonomía en la vida diaria.
-Ambientales: al desarrollarse en entornos naturales y urbanos, promueve un estilo de vida más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
